Hoy estuve en el vientre de la madre y pude comulgar con ella, el mar conversó conmigo, me liberó y me acobijó, me enseño tres cosas importantes:
-El corazón de una mujer es como el mar, inmenso, profundo y rebelde, el es un misterio y tiene la fuerza de mantener o destruir, por lo tanto hay que respetarlo, el puede ser sereno y refrescante o agitado y atemorizante
-Las huellas en la arena marcan la senda que pisaste para labrar tu camino pero el mar es como el tiempo, borra tus huellas para que entiendas que tu camino es único y solo podrá inspirar a otros pero esa senda nunca se ha de volver a pisar y no debes confiarte pensando que eres perdurable.
-El mar tiene rostro de mujer, puede estar calmado en su superficie pero por dentro las corrientes chocan unas con otras, van y vienen trayendo tradiciones pero siendo diferentes, el mar puede mantener la vida encendida pero no cualquiera puede habitarlo y vivir dentro de este.
Se enturbia primero lo profundo antes de agitar la superficie. Es mas fácil cambiar el interior que el exterior.
Sol, arena, mar y alguien tan especial como tu para encender mi amor por el mundo y entender la magia de la creación de Dios... Fue un día espectacular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario